En fonética, gramática, sintaxis y vocabulario, el griego del Nuevo Testamento difiere del de las obras clásicas. En los siglos XVII y XVIII comenzó un arduo debate de erudición entre los que propugnaban varias explicaciones para este problema.
Los hebraístas atribuían estas diferencias a la influencia del hebreo, pues generalmente se creía que todos los autores del Nuevo Testamento habían sido judíos. Se afirmaba que aunque esos hombres podían escribir en griego, pensaban en hebreo, y por eso eran influidos por su lenguaje semítico. Por lo tanto, se clasificaban como hebraísmos todas las palabras y formas del Nuevo Testamento que no se encuentran en el griego clásico. Pero los puristas explicaban que, bajo la inspiración del Espíritu Santo, los autores del Nuevo Testamento habían usado el griego más puro posible. Mientras sólo se conocieron las obras de los autores clásicos y el NT, no podía resolverse el problema mediante comparaciones con otras obras griegas.
Hacia fines del siglo XIX comenzó una nueva era con el descubrimiento y la publicación de documentos no literarios, escritos mayormente en papiro pero también en alfarería (ostracones). Estos documentos eran cartas y esquelas de gente común, anuncios públicos, facturas y recibos, contratos y licencias. El griego de estos documentos es sorprendentemente parecido al del Nuevo Testamento.
El mérito de haber hecho este descubrimiento decisivo corresponde a Adolf Deissmann, quien en los 40 años posteriores a 1895 demostró en numerosos artículos y libros que el lenguaje de los papiros y ostracones es el mismo del Nuevo Testamento.
Esto significa que los apóstoles escribían en el idioma del pueblo, y no en el de los historiadores, comediógrafos y científicos, lenguaje que hubiera sido completamente extraño para el pueblo común.
La obra de Adolf Deissmann, Light From the Ancient East ¹, presenta muchos ejemplos para demostrar este hecho. Porque era común entre los que hablaban el griego en el Mediterráneo, este idioma del pueblo recibió el nombre de ἡ κοινὴ διάλεκτος [hê koiné diélektos], o κοινή [koinê] “koiné” (común) en su forma abreviada, para distinguirlo de diversos dialectos griegos, como el ático, dórico, jónico o eólico. El koiné es una mezcla de estos cuatro dialectos, pero depende más del ático que de los otros.
Un estudio del Nuevo Testamento revela que cuando el ático se transformó en koiné, abandonó algunas de sus características peculiares. Por ejemplo, la forma ττ [tt] del ático se volvió σσ [ss] (θάλαττα [thálatta], “mar”, se convirtió en θάλασσα [thalassa]), y ρρ [rr] se transformó en ρσ [rs] (ἄρρην [arrên], “varón”, dio lugar a ἄρσεν [ársen]). Se extinguió la clásica forma verbal dual, y el modo optativo (forma verbal que expresa deseo) así como el llamado “futuro ático”, que rara vez aparecen en koiné.
El dialecto koiné tomó algunas palabras y expresiones del jónico y el dórico, y evolucionó creando otras independientemente de cualquier dialecto griego. Entre estas últimas se encuentran los imperfectos εἴχομεν [eíchomen], “teníamos” y εἷχον [eîchon], “tenían”, del verbo ἔχω [échô], “tener” (“yo tengo”), y el imperfecto ἔλεγον [élegon], “decían”, de λέγω [légô], “decir” (“yo digo”).
En koiné también se formaron muchas palabras nuevas uniendo sustantivos y verbos usados comúnmente con preposiciones.
———————
¹ Puedes descargarlo desde Open Libray
——–
EL IDIOMA DEL NUEVO TESTAMENTO
El griego, idioma universal en el tiempo del Nuevo Testamento
El idioma griego común
El koiné y los otros idiomas
Fuentes para el estudio del griego del NT
Semitismos en el Griego del NT
Diferencias literarias en los libros del NT
——-