HISTORIA DEL CANON BÍBLICO
I – ANTIGUO TESTAMENTO
Criterios protestantes acerca del canon
Los reformadores aceptaron como canónicos los 39 libros del Antiguo Testamento, sin excepción y casi sin reservas. En cambio, los apócrifos fueron generalmente rechazados. Martín Lutero los tradujo al alemán y los publicó con la observación, en la página del título: “Apócrifos, son libros no iguales a las Sagradas Escrituras, pero útiles y buenos para leer” [Apocrypha: das sind Bücher: so der heiligen Schrifft nicht gleich gehalten / vnd doch nützlich vnd gut zu lesen sind].
La Iglesia Anglicana fue más liberal en el uso de los apócrifos. El Libro de oración común prescribió, en 1662, la lectura de ciertas secciones de los libros apócrifos para varios días de fiesta¹, así como para lectura diaria durante algunas semanas en el otoño. Con todo, los Treinta y Nueve Artículos hacen diferencia entre los apócrifos y el canon.²
La Iglesia Reformada se ocupó de los apócrifos durante su concilio de Dordrecht, en 1618. Franciscus Gomarus (François Gomaer) y otros reformadores exigieron la eliminación de los apócrifos de las Biblias impresas. Aunque no prosperó esa exigencia, la condenación de los apócrifos por el concilio fue sin embargo tan vigorosa, que desde ese tiempo la Iglesia Reformada se opuso enérgicamente a su uso.
La mayor lucha contra los apócrifos se realizó en Inglaterra durante la primera mitad del siglo XIX. Se editó una gran cantidad de publicaciones, de 1811 a 1852, para investigar los méritos y errores de estos libros extracanónicos del Antiguo Testamento. El resultado fue un rechazo general de los apócrifos por los dirigentes y teólogos eclesiásticos y una clara decisión de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera de excluir los apócrifos, de allí en adelante, de todas las Biblias publicadas por esa sociedad.
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¹ Por ejemplo: Sabiduría 2:1, 12-24 (Viernes Santo), pág.195.
² “Artículo VI: De la suficiencia de la Sagrada Escritura para la salvación”
“La Sagrada Escritura contiene todo lo necesario para la salvación de tal manera que lo que no se lea en ella o pueda probarse a través de ella, no se exige a ningún hombre que sea creído como artículo de Fe, o se piense que sea requisito o condición para la salvación. En el nombre de la Sagrada Escritura, entendemos esos libros Canónicos del Antiguo y Nuevo Testamento, cuya autoridad nunca ofreció ninguna duda en la Iglesia.
De los nombres y números de los Libros Canónicos:
Génesis Éxodo Levítico Números Deuteronomiov Josué Jueces Ruth El primer libro de Samuel El segundo libro de Samuel El primer libro de los Reyes El segundo libro de los Reyes |
El primer libro de las Crónicas El segundo libro de las Crónicas El primer libro de Esdrás El segundo libro de Esdrás El libro de Ester El libro de Job Los Salmos Los Proverbios Eclesiastés El Cantar de los Cantares de Salomón Los cuatro profetas mayores Los cuatro profetas menores |
Y los otros Libros (como dice Jeremías) los lee la Iglesia como ejemplo de vida e instrucción de modales y sin embargo los aplica sin establecer ninguna doctrina. Tales son los siguientes:
El tercer libro de Esdrás El cuarto libro de Esdrás El libro de Tobías El libro de Judit El resto del libro de Ester El libro de la sabiduría Jesús, el hijo de Sirá |
Baruch, el profeta La canción de los tres niños La historia de Susana Bel y el dragón La plegaria de Manasés El primer libro de los Macabeos El segundo libro de los Macabeos |
Todos los libros del Nuevo Testamento, tal y como son comúnmente recibidos, los recibimos y los consideramos Canónicos.”
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División antigua y moderna del Antiguo Testamento
En el tiempo de Esdras-Nehemías
Desde los Macabeos hasta Cristo
El testimonio de Cristo y los apóstoles
Testimonios de judíos del primer siglo
En la iglesia cristiana primitiva
La iglesia católica y los apócrifos
Criterios protestantes acerca del canon
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