El Talmud

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Portada del Talmud de Babilonia, edición de Vilna, 1881.

ANTIGUA LITERATURA JUDÍA

El Talmud

El conjunto de leyes civiles y canónicas de los judíos está contenido en una obra muy extensa conocida como el Talmud, palabra que significa “enseñanza”.

El Talmud se originó en la tradición oral que fue desarrollándose a través de varios siglos y comenzó a escribirse aproximadamente a comienzos del siglo III d. C., con la codificación de su parte básica: la Mishnah (codificación de la ley oral, dividida por temas en diversos tratados).*

En los dos siglos siguientes se elaboró y codificó un gran conjunto de comentarios, exposición y debate sobre las diversas secciones de la Mishnah, que se conoce como la “Gemara” (Guemara o Guemarra).

Estas dos colecciones constituyen el Talmud y suministran la estructura del judaísmo tradicional.

Existen dos versiones del Talmud: el Talmud de JerusalénTalmud Yerushálmi o Talmud Palestino-, que se redactó en la entonces recién creada provincia romana llamada Philistea, y el Talmud de Babilonia (Talmud Bávli), que fue redactado en la región de Babilonia, en Mesopotamia.

Talmud de Babilonia, edición de Solomon ben Samson, Francia, 1342. Beth Hatefutsoth, Tel Aviv.

 

A page of a medieval Jerusalem Talmud manuscript, from the Cairo Genizah.

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* Con la destrucción del templo, la dispersión del sanedrín y la desaparición de todos los medios de gobierno propio, sólo quedó la sinagoga. Por consiguiente, aunque los judíos siguieron existiendo, unidos por vínculos de raza y de religión, cesaron por muchos siglos los vínculos nacionales y políticos. Desde entonces, su vida giraba, más que nunca antes, en torno a la sinagoga. Como ya no podían ofrecer sacrificios recurrían a la Torah como a su única fuente de fortaleza, en tanto que dirigían sus esperanzas futuras al Mesías que aún creían que vendría. La ley les proporcionaba una íntima convicción de justicia que ahora era más necesaria, pues el pueblo en general estaba lleno de melancolía y sus corazones abrumados por un sentimiento de fracaso y desesperanza; y la esperanza mesiánica les daba una seguridad de su restauración nacional y la promesa de que pronto tendrían aun más de lo que habían perdido. Aunque los judíos de esta triste época no podían tener una vida política propia, los romanos no les quitaron sus derechos políticos en el imperio ni tampoco interfirieron en nada en el uso de sus sinagogas.

Todo el sanedrín no escapó de Jerusalén, como algunos han dicho. Pero se formó un nuevo consejo en Jamnia, pueblo en la costa al sur de Jope. El director de ese nuevo centro de judaísmo fue Johanán ben Zakkai, fariseo, rabino y discípulo del famoso maestro Hillel. Era conservador, y cuando vio durante la guerra judía a donde el gobierno de los zelotes había llevado al pueblo, escapó de Jerusalén dentro de un ataúd y se rindió a los romanos. Después de la guerra consiguió permiso para establecer un colegio en Jamnia. Allí se reunieron rabinos sensatos, inteligentes y de influencia para establecer el nuevo concilio. A partir de esta fecha se obligó a los judíos a pagar impuestos al templo romano, pero el dinero que antes habían enviado para su propio templo ahora iba a Jamnia, de modo que este consejo disponía de recursos. Aunque este consejo no tenía poder legislativo ni judicial en el sentido político, presidía en la codificación de la ley y en las interpretaciones de los rabinos. Así comenzó la obra que más tarde produjo el Talmud.

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Enlaces externos:

Jewish Encyclopedia – TALMUD

The Catholic Encyclopedia – Talmud

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