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Testimonios de judíos del primer siglo

HISTORIA DEL CANON BÍBLICO

I – ANTIGUO TESTAMENTO

Testimonios de judíos del primer siglo

Filón de Alejandría

Filón de Alejandría (murió por el año 42 DC) era un filósofo judío que escribió en el tiempo de Cristo. Sus obras contienen citas de 16 de los 24 libros de la Biblia hebrea. Puede ser accidental que sus escritos no contengan citas de Ezequiel, Daniel y las Crónicas y otros cinco libros pequeños.

El historiador Josefo, escribiendo por el año 90 DC, hizo una declaración importante acerca del canon, en su obra Contra Apión:

“Por esto entre nosotros no hay multitud de libros que discrepan y disienten entre sí; sino solamente veintidós libros, que abarcan la historia de todo tiempo y que, con razón, se consideran divinos. De entre ellos cinco son de Moisés, y contienen las leyes y la narración de lo acontecido desde el origen del género humano hasta la muerte de Moisés. Este espacio de tiempo abarca casi tres mil años. Desde Moisés hasta la muerte de Artajerjes, que reinó entre los persas después de Jerjes, los profetas que sucedieron a Moisés reunieron en trece libros lo que aconteció en su época. Los cuatro restantes ofrecen himnos en alabanza de Dios y preceptos utilísimos a los hombres.”¹ (Flavio JosefoContra Apión, Libro I, 8).

Supuesto retrato romano de Flavio Josefo

Necesita una explicación la declaración de Josefo referente a que la Biblia de los judíos contenía 22 libros, porque se sabe que había realmente 24 libros en la Biblia hebrea antes de él y en su tiempo. Su división de 5 “libros de Moisés”, 13 libros de “profetas” y 4 libros de “himnos a Dios y preceptos para la conducta de la vida humana”, sigue más de cerca el orden de la Septuaginta que el de la Biblia hebrea; proceder comprensible puesto que escribió para lectores que hablaban griego. Pero la base de su declaración -que la Biblia hebrea tenía 22 libros- se debió probablemente a una práctica hebrea que surgió entre algunos que procuraban ajustar el número de libros de las Escrituras de acuerdo con el número de las letras del alfabeto hebreo. Probablemente Josefo computó a Rut junto con Jueces, y Lamentaciones junto con Jeremías, o posiblemente dejó afuera dos de los libros que pueden haberle parecido de poca importancia.

Otro autor judío de ese tiempo, que escribió la obra espuria llamada 4 Esdras (apócrifo), es el primer testigo que indica que el número de libros de la Biblia hebrea era 24 (cap. 14:45).

Hacia el fin del siglo I o comienzos del II, se celebró un concilio de eruditos judíos en Jamnia, al sur de Jaffa, en Palestina. Ese concilio fue presidido por Gamaliel II, junto con el rabí Akiba, el erudito judío más influyente de ese tiempo, y que fue el espíritu rector de la asamblea.

Puesto que algunos judíos consideraban ciertos libros apócrifos como de igual valor que los libros canónicos del Antiguo Testamento, los judíos querían colocar su sello oficial sobre un canon que había existido inmutable por un largo tiempo y que -así lo sentían- necesitaba ser resguardado contra posibles adiciones.

Por lo tanto, este concilio no estableció el canon del Antiguo Testamento sino sólo confirmó una posición sostenida durante siglos en cuanto a los libros de la Biblia hebrea. Con todo, es cierto que, en algunos sectores, fue cuestionada la canonicidad del Eclesiastés, Cantares, Proverbios y Ester. Pero el mencionado rabí Akiba eliminó las dudas con su autoridad y elocuencia, y esos libros mantuvieron su lugar en el canon hebreo.

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¹ “For we have not an innumerable multitude of books among us, disagreeing from and contradicting one another, [as the Greeks have,] but only twenty-two books, which contain the records of all the past times; which are justly believed to be divine; and of them five belong to Moses, which contain his laws and the traditions of the origin of mankind till his death. This interval of time was little short of three thousand years; but as to the time from the death of Moses till the reign of Artaxerxes king of Persia, who reigned after Xerxes, the prophets, who were after Moses, wrote down what was done in their times in thirteen books. The remaining four books contain hymns to God, and precepts for the conduct of human life.” Web: Early Jewish Writings, Flavius Josephus Against Apion, Book I, 8; o FLAVIUS JOSEPHUS OF THE ANTIQUITY OF THE JEWS. AGAINST APION. BOOK I, 8.

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LA HISTORIA DEL CANON DEL BÍBLICO

I – ANTIGUO TESTAMENTO

Introducción

El canon

División antigua y moderna del Antiguo Testamento

Antes del exilio en Babilonia

En el tiempo de Esdras-Nehemías

Entre Nehemías y los Macabeos

Desde los Macabeos hasta Cristo

El testimonio de Cristo y los apóstoles

Testimonios de judíos del primer siglo

En la iglesia cristiana primitiva

La iglesia católica y los apócrifos

Criterios protestantes acerca del canon

Resumen

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En el tiempo de Esdras-Nehemías

 HISTORIA DEL CANON BÍBLICO

I – ANTIGUO TESTAMENTO

FRAGMENTOS DE SEFER TORAH – Éxodo 4:18 a 11:10. Calahorra o Tudela, ss. XIV-XV. Dos fragmentos de piel.800 x 600 mm aprox. cada uno. Calahorra, Archivo Catedralicio y Diocesano de Calahorra y La Calzada.

En el tiempo de Esdras-Nehemías

En los libros del Antiguo Testamento que fueron escritos después del exilio, tales como los de Esdras y Nehemías, se hace referencia, ya sea por nombre o por alguna cita, a varios de los libros más antiguos de la Biblia.

También se habla de ciertos libros que han sido incorporados parcialmente a los libros de las Escrituras posteriores al exilio, o se han perdido.

Los 5 libros de Moisés – bajo los nombres de “libros de Moisés”, “ley de Jehová”, “libro de la ley de Jehová”, etc.- aparecen mencionados 7 veces en 1 y 2 de Crónicas; 17 veces en Esdras y Nehemías y una vez en Malaquías.

Que el libro de la ley (torah) era considerado como inspirado y “canónico” en el siglo V a. C., se ve por la gran reverencia que mostraba el pueblo cuando era abierto el libro (Nehemías 8:5, 6). Parecería que la expresión “libro de la ley” (torah) abarcara más que el “Pentateuco”, pues el mismo término es usado una vez por Jesús al referirse a los Salmos, cuando introduce citas de Salmos 35: 19 y 69: 4 con las palabras: “escrita en su ley” (Juan 15:25).

Muchos libros de origen anterior al exilio sobrevivieron a la destrucción de Jerusalén y al cautiverio de Babilonia. Esto se ve porque Daniel usó el libro de Jeremías durante el exilio de Babilonia (Daniel 9:2) y porque unos 20 libros diferentes se mencionan en los libros de Crónicas ya sea como habiendo proporcionado el material original para el contenido de esa obra, o como libros donde podía conseguirse información adicional acerca de muchos puntos que sólo fueron tocados superficialmente en las Crónicas.

El cronista posterior al exilio (2 Crónicas 36:22) se refirió a muchos libros, tales como “el libro de las crónicas de Samuel vidente” (1 Crónicas 29:29) las “crónicas” o “libros del profeta Natán” (1 Crónicas 29:29; 2 Crónicas 9: 29) y “la historia de lado profeta” (2 Crónicas 13: 22).

La tradición judía indica que Esdras y Nehemías tuvieron una parte evidente en la colección de los libros sagrados.

El apócrifo segundo libro de los Macabeos, escrito durante los comienzos del siglo I AC, contiene una carta supuestamente escrita por los judíos palestinos y Judas Macabeo al filósofo, judío Aristóbulo y a otros judíos de Egipto (2 Mac. 1:10). Esta carta se refiere a “los archivos y … Memorias del tiempo de Nehemías” y declara también que Nehemías fundó “una biblioteca” y “reunió los libros referentes a los reyes y a los profetas, los de David” (2 Macabeos 2:13, traducción de la BJ).

El historiador judío Josefo es otro escritor que coloca la terminación del canon del Antiguo Testamento en el tiempo de Esdras y Nehemías. Poco después de la caída de Jerusalén, en 70 DC, Josefo hizo la siguiente declaración importante:

“Desde el imperio de Artajerjes hasta nuestra época, todos los sucesos se han puesto por escrito; pero no merecen tanta autoridad y fe como los libros mencionados anteriormente, pues ya no hubo una sucesión exacta de profetas. Esto evidencia por qué tenemos en tanta veneración a nuestros libros. A pesar de los siglos transcurridos, nadie se ha atrevido a agregarles nada, o quitarles o cambiarles” (Josefo, Contra Apión, i. 8)

Esta declaración muestra que los judíos en el tiempo de Cristo estaban convencidos de que el canon había sido fijado en el tiempo de Esdras y Nehemías, que trabajaron bajo Artajerjes I.

Los judíos estaban mal dispuestos a anular esa decisión, o a añadir a las Escrituras tales como habían sido fijadas 500 años antes, especialmente porque nadie claramente reconocido como profeta se había levantado desde los días de Malaquías.

La importante declaración de Josefo concuerda bien con las observaciones que puede hacer el lector cuidadoso en el mismo Antiguo Testamento. Los últimos libros históricos – Crónicas, Esdras, Nehemías y Ester -, por ejemplo, consignan la historia de Israel hasta el período que sigue al exilio.

Las Crónicas y su continuación, Esdras-Nehemías, registran acontecimientos que sucedieron durante los siglos VI y V, pero no después.

Por lo tanto, la redacción del Antiguo Testamento, tal como lo conocemos ahora, se debe haber completado hacia el fin del siglo V AC, pues la continuación posterior de la historia no fue añadida al registro anterior. Ni aun se preservó junto con las Escrituras canónicas. Por consiguiente, debe haber estado cerrado el canon.

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LA HISTORIA DEL CANON DEL BÍBLICO

I – ANTIGUO TESTAMENTO

Introducción

El canon

División antigua y moderna del Antiguo Testamento

Antes del exilio en Babilonia

En el tiempo de Esdras-Nehemías

Entre Nehemías y los Macabeos

Desde los Macabeos hasta Cristo

El testimonio de Cristo y los apóstoles

Testimonios de judíos del primer siglo

En la iglesia cristiana primitiva

La iglesia católica y los apócrifos

Criterios protestantes acerca del canon

Resumen

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