Este libro está dividido en dos secciones. La primera trata de la sabiduría y la segunda es histórica. En esta última se establece un contraste entre la vida y la religión de los egipcios con las de los israelitas.
En todo el libro se destaca la obra del Espíritu de Dios. Enseña que el hombre está compuesto de cuerpo, alma y un espíritu inmortal, y que posee libre albedrío.
Aunque no dice nada del Mesías, el autor de esta obra presenta un día de juicio para los impíos y los justos.
Tanto los eruditos católicos como protestantes por lo general sostienen que este libro es un producto del judaísmo helenístico del siglo II o I a. C. Probablemente fue escrito en Alejandría.